Frenos del vehículo: Las 4 claves más importantes que debes saber para no correr peligro.

Como usuario, uno debe entender a grandes rasgos temas básicos sobre los frenos y que su operación correcta puede salvarnos de un accidente, pero ello depende de cuánto sepamos sobre ello para mantenerlos en buenas condiciones.

Estas son las 4 claves más importantes que debes de conocer sobre los frenos de tu vehículo antes de visitar un taller

1. El líquido de frenos no es eterno.

El líquido que se utiliza para el sistema de frenos tiene una vida útil y cada automóvil tiene un período recomendado por el fabricante para reemplazarlo. Generalmente se recomienda cambiarlo a los 40,000 kms.

2. Aprender a escuchar y sentir al frenar.

Si los frenos chillan, algo no está bien. Si vibran, es aún peor. En vehículos normales, los frenos se diseñan para no provocar sonido, por lo que un chillido podría significar un funcionamiento defectuoso o un desgaste excesivo.

El pedal del freno transmite información, si el pedal transmite vibración con una sensación “ondulatoria”, hay una falla en los frenos.

3. ¿Rectificar los frenos? No siempre es lo correcto.

Es muy común que, al hacer mantenimiento a los frenos, te exijan la rectificación de los discos o tambores.

Generalmente el mal uso o el trabajo excesivo de los frenos provoca desgaste irregular en su superficie y se pide corregir este defecto.

El proceso de rectificación consiste en colocar el disco de freno en un torno de precisión y desgastar décimas de milímetro en las bandas de frenado, es decir, las caras del disco y la pista de frenado del tambor, con el fin de eliminar aquellas irregularidades causadas por el uso, hasta tener pistas de frenado totalmente uniformes.

Ahora, al desgastar el tambor o disco, este reducirá su grosor, y si se acerca al mínimo, puede provocar fallas como grietas, facturas o deformaciones con los cambios de temperatura, además de una mala disipación del calor, lo que finalmente lleva a un menor poder de frenado en situaciones riesgosas.

OJO: Cada disco o tambor trae en su fundición impreso el grosor mínimo. Pida que sus frenos sean medidos antes de hacer algún cambio, toma sólo unos segundos.

4. Aprender a frenar.

Hay que entender que cada vez que pisamos el freno, provocamos roce entre piezas metálicas, eso resulta en calor y mucho. Si no soltamos el freno, no dejaremos que el calor se disipe y el sistema recupere temperatura normal. Frenadas muy largas a alta velocidad exigen mucho los frenos, como también la presión. Si llegamos a una esquina exigiendo los frenos y esperamos el verde del semáforo con el pie en el freno, literalmente estaremos cocinando el sistema.

Cada utilización fuerte de los frenos necesita un tiempo de enfriamiento, por lo que, si bajamos una cuesta con el pedal presionado, es probable que el sistema falle y deje de actuar si no le damos un respiro.

Para más información puede comunicarse con nuestros Asesores Comerciales de lunes a sábado de 8:30am a 6:00pm en cualquiera de nuestras sedes:

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